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jueves, 22 de diciembre de 2011

Vivienne Westwood

Una colección oriental muy 'couture'

sábado 01/10/2011
Jesús María Montes-Fernández | París
[foto de la noticia]


París. El pronóstico para la semana de la moda parisina es bastante bueno pero el
viernes 30 de septiembre al atardecer empezaron a caer rayos y truenos en el Salón
de Eugenia de Montijo en Le Grand Hotel. Una lluvia de sonido y de colores dieron
rienda suelta a la nueva colección de 'pret-a-porter' primavera verano 2012 de la
incombustible Viviente Westwood.
Transparencias, volatilidad, sensualidad y un detallismo extremo fueron las claves de
este icono de la moda que aún sigue sonando en el paso del tiempo y, que pese a su
veteranía, muestra una vitalidad innata. Su salida final con zapatos de plataforma de
13 centímetros y calcetines a media pierna de rejilla así lo atestiguan. La musa del mítico
grupo Sex pistols sigue buceando en su amplio imaginario para mostrar nuevos trabajos
cada temporada del calendario oficial.
En esta nueva colección se han dejado ver las fuertes influencias culturales de esta gran
diseñadora y el gran conocimiento a la hora de construir sus prendas. Destacan los corsés,
de evocación dieciochesca, muy elaborados, rozando la alta costura, en tejidos de encaje
de blonda, cuidados hasta el más mínimo detalle, donde se aprecia esa fuerte sensualidad
que caracteriza siempre sus 'shows'. Los colores surgen muy suaves y contrastan con los
brillos impactantes metalizados que hacían mucho más intensa la puesta en escena.
Una de las grandes referencias culturales en este 'show' fue China. Una gran estética
oriental que se proyectaba a través de los estampados y grafismo florales, mezclados con
ceñidos corpiños y un maquillaje muy típico de las representaciones teatrales orientales,
donde la sensualidad, fantasía y cierto tono decadente embellecido conseguían materializarse
en el cuerpo de las modelos. El final del desfile fue uno de los momentos más esperados de
todo el 'show': dos vestidos de novia victorianos, al más puro estilo 'couture' cerraron un
espectáculo para recordar. Todo ello estuvo acompañado de la música de un piano que
creó una atmósfera seductora en el atardecer parisino.